Estamos buscándonos, ese recorrido extenso del alma a la piel.
El ser que no encuentra su refugio pero que calma porque se sabe sentir.
El aire alimenta los espacios vacíos, sólo un rato, esperando el tiempo que no estarán.
El enredo anuda los largos cabellos de esa sombra de mujer.
y quedan aún las ganas de sentarnos solos.
Inmoviles las figuras nos miran correr.
Y pasan eso que llaman momentos.. tocamos el placer.
Soles que se llevan miradas y una piel nueva sedienta de atardecer.