De olores hogareños y de recuerdos nostálgicos que hacen sonreir a un par de corazones sureños.
Adentro de casa, gustito a sopa de mamá,
afuera, el frío que golpea la ventana del balcón hace volar un poco más allá.
Lindos recuerdos, lindas maneras de recordar nuestro lugar.
A veces, volver hace extrañar un poco más de lo normal,
pero encontrarnos soñando lo que queremos y acompañadas por esa caricia natural hace brotar ganas de quedarse mirando para afuera y desear,
con una sonrisa en la cara,
siempre un poco más.