lunes, 6 de agosto de 2012

Y a decir verdad no recuerdo bien cual fue la primera sonrisa que me sacó. Me acuerdo sí que fue sin querer, como muchas otras que le regalo sin que se de cuenta. De repente las noches se hacen cortas y el tiempo ya no pesa sino que se vuelve ansioso de volvernos a encontrar. Tal vez sea un simple cruce de miradas, tal vez escuche su voz más de cerca y me saque una risa del alma. Quizás sea dueño de algún color en mi en pleno invierno, o le preste mi mano para acariciar su pelo mientras el mundo que gira no se haga importar.Pero de algo sí estoy segura,sin que él lo note,le robare un color al amanecer,lo fundiré con nuestras risas y será luz.. Un nuevo destello de invierno, una luz que prende, titila y vuelve a renacer en cada anochecer.