lunes, 12 de noviembre de 2012

en su costa

Prometo haber apretado fuerte mi mano para no dejar escapar la arena, sin embargo el viento se la llevo. Se escurrió entre mis dedos y se fue y fue vacío en mis manos como antes de que viniera. De repente mi corazón es quien elige entre el mar y la arena. Todo tan lleno de pequeños pedacitos de caracol que con sus vueltas traspaso muchas tormentas hoy las aguas empapaban mis pies y con su frescor me tentaba a nadar. Ese verano que fue tan mio y yo tan de sus orillas, hoy me duele sentir que voy a naufragar.