jueves, 18 de abril de 2013

Palabras que escapan con brutal desesperación.
Pensar. Pensar en lo que dijiste. Perdón.
A las almas sensibles les sigue tocando la razón de no querer ser del tiempo y vos ahí, escuchándome.
Bruta. A dónde quedó la sensibilidad de tus ojos? Tu mirada explicando que puede ser de otra manera tocado el corazón.
Perdón. Y las disculpas se hacen más fuertes durante los segundos siguientes.
Suspiran al unísono y morían en el momento que recostaban sus espaldas contra el sillón.
Silencio. Habían vacíos callados que tenían que hablar.
-Yo, tampoco. Entonces besémosnos.