domingo, 10 de junio de 2012

Cansada ya de un domingo más parecido a lunes, me tiendo en el piso a endulzar un poco mis oídos y contemplar desde otro punto de vista la pieza. Un lugar nuevo y acogedor que encontré como guarida de deseos y debates filosóficos. Hoy ya, con otro color, otra disposición. En escena, luz tenue, un poco de música con imágenes que llegan a mi mente y la hacen volar por los más libres rincones. Un silencio de ciudad adormecida y un frío punzante que quiere colarse por la ventana a compartir conmigo esta plenitud de madrugada. Tal vez, no encuentre en mis ganas un mejor lugar para estar que hoy acá recostada.