jueves, 24 de septiembre de 2009

con tan poco

De bastón, oido de media realidad.

¿ Cuánto le cuesta a la gente acompañar?, supuse que era una segunda señal que se me presentaba en el día no podía dejarla pasar.

Ahí me vi caminando al compás de sus pasos, pausados, apurados pero sin prisa buscaban llegar a casa.

Los míos sonreían y pretendían que la compañía no cesara nunca, no importó entonces ni el tiempo, ni el lugar, ni la diferencia de edad ni de cultura.

No importaba nada, solo sentir ese placer que llenaba mi alma con nuevas melodías.

Como todo lo que empieza termina, al doblar en una esquina mis pies se detuvieron, vieron aquellos pasos alejarse de mi lado y sentí que tal vez nunca volvería a encontrar y a acompañar aquella sonrisa.

Mientras fue..senti el sol brillar, brilló tan bonito.