martes, 20 de septiembre de 2011

entrando en primavera

Sus caricias se detenian en la eternidad de los tiempos de los enamorados.
Mientras el mundo afuera se complotaba por hacer que la noche brille tan profunda, que el silencio y una música tranquila motivara los sentidos,
ellos..
ellos se abrazaban y entrelazados como si por la cintura un hilo suave de seda los amarrara dejaban que sus bocas se encontraran,
que sus pieles se rozaran de manera que el silencio de sus voces dijeran todo lo que en sus miradas se cruzaba.
Si alguien dudaba de que el amor podría encontrarse a la vuelta de la esquina, yo como ojo observador de esta historia les aseguro que es así.
Tan cerca como cruzar una calle y hacer unos metros a la derecha, tan cerca como tan fuerte uno desee encontrar su otra mitad.
Entre días que van y vienen y entre vidas diferentes pero tan compañeras, nace una nueva historieta de amor,
parece de chicos en sus sonrisas, parece de adultos en cada palabra profunda al decir.

Los miro y me sonrio,
me contagian ese no se que de las chispas que brotan en el ambiente.
Si las vidas los cruzó, creo en el destino de sus días.
Hoy acá, mañana, no se en donde se encontraran esas manos para caminar juntas,
pero de algo estoy segura..
Esas miradas pícaras y con tanto brillo se van a volver a encontrar.
Y serán.. y creo que serán mucho más.