Me quedo mirando un punto fijo mientras mi cabeza vuela por todos lados.
Recorro toda mi existencia y mis días y hay historias que se repiten en mi ser.
Reencuentro sentimientos y mi alma se estremece. A veces no quiero quedarme pensando, amaría vivir caminando sin pensar, sin tener noción del tiempo ni de la realidad, hay momentos que sencillamente me gustaría no sentir malos sentimientos, poder disfrutar cada sensación al paso que va.
Es horrible la decepción.
Es como sentir que de mis manos se escapa arena y mientras va volando con el viento se transforma de color.
Transformo mi sentimiento en esa imagen porque me parece la más significativa.
La arena es el alma de alguien más y en mis manos porque es una imagen de acompanamiento. Ese viento fuerte que sopla son los días que pasan y cambian el destino de todos. El color es el tornasol que se genera cuando la gente reacciona frente a cosas.
La sensación. La más fea del mundo. La decepción.
Pasa tan amenudo y pasa toda la vida. Algo a lo que cuando naces creo te tendrían que advertir. Hay veces hasta que te decpcionas de vos mismo y es jodido; todavia no sé si es peor decepcionarse con uno o decepcionarse de alguien más.
Entregás tu confianza como una flor colorida y feliz y encontrás que en el trayecto de su florecimiento se marchita.
Salir, crecer.
Ésta luciérnaga se prepara para volar.
