Tarde un segundo en captar la dulzura de las palabras que me aconsejaban algo tan suave como saber a donde poner el corazón a la hora de elegir mi camino a seguir.
Sorprendentemente se guardó en mi memoria y ahora cada paso que doy, cada sonrisa que dejo escapar tiene su expresión.
Las noches con calor asientan cómodas en mi piel como para ponerme en pie y prepararme para volar. El impulso sería cuestión de una sonrisa de vuelta.
Invertir en amor, tan solo esa gran tarea.