sábado, 19 de noviembre de 2011

new saturday born

El cielo iba cambiando su tonalidad, la madrugada se convertía en mañana y entre sombras de hojas y ramas el tiempo se perdía en el cruce de dos miradas.
No alcanzaban las palabras, las risas, los juegos de nenes.
No alcanzaba el silencio de la naturaleza que miraba atenta cada movimiento para sentir lo que se sentía alborotar adentro.
Se iban encontrando dos almas en las muecas que daban lugar a contagiar esa sensación de estar cómodo aún así si estuviera parada en medio de un charco de barro.
Maderas que hacian un banco y la silueta de un sábado que nacía distinto a los demás.
Momentos que tal vez se hubieran detenido en la eternidad.
Colores que mareaban a quien estuviera de afuera mirando al pasar.
Inentendibles conexiones de destinos.
Tal vez fue el rato, pero sí se hizo sentir.