domingo, 9 de mayo de 2010

Atardecer

Era una tarde otoñal pero parecía primavera,
y sentados en una antena de la ciudad se les dió por confesar su amor.
Raras figuras parecían colgadas de aquella terraza,
la silueta de las manos modelaban en el cielo un espectáculo risueño para quien se detuviera a mirar.
Mientras ellos se miraban y sobre la ciudad caía la noche, un par de estrellas comenzaban a brillar.
Se iluminaba un nuevo cielo.
Nacía una historia más.
Colgados de la sonrisa de la luna saltaron en busca de nuevos sueños..

Ya la ciudad no los atosigaba,
ya el tiempo y sus segundos no les corrían por atrás.
Y se quedaron.
Y se juntaron.
Y soñaron nuevas melodías de ahí en más.

Un espectáculo de sensaciones que los hizo brillar.

Contemplando la antena que le hace cosquillas a las nubes al pasar,
recuerdo sus ojos,
la tibieza de sus manos,
el dulce temblor en sus pechos..

también recuerdo.. ese adiós que comenzaba a caminar..