miércoles, 24 de abril de 2013

Entre segundos de repente me convertía en otra persona.
 Por el tono de mi voz me hubiera gustado saber que imagen tenía de mí.
Se sentó a mi lado por cuadras, empero no tardo rato en hacerse real la persona quien lo acompañaba.
Una pregunta dió lugar a que me conociera, tal vez, con más sensibilidad que cualquier otro compañero de banco.
Entonces de repente, mirando por la ventanilla cuando habia silencio entre la charla, me pregunté, mi voz a dónde lo guiará?
Yo veía, mi realidad estaba delimitada por imágenes, pero no la de él..
Cómo sería la misma ciudad que caminábamos? Cómo sería yo?
Y llegó mi parada.