miércoles, 17 de octubre de 2012

Tiene miedo que si se le escapa una sola palabra de más, pierde su orgullo, su afán de ser el caballero más fuerte, en este juego que ya de movida empezó con desventajas. La pieza que elegí pintaba la más disfrutable, la risa plasmada sobre esa reina dibujaba un horizonte mejor. Entre pasito y jugada voy quedando detrás de otra.. tal vez, empiece a esconderme de él.. no por irritarlo, sino para no terminar el juego. El tablero se inclina para la otra mitad y añoro el pricipio, donde las cartas se iban negociando, donde las instrucciones se iban recién conociendo y de a poco cada uno avanzaba o no. Corre, sigue corriendo el tiempo, y ese sin fin de jugadas ya hechas quedan detrás, cada ratito más atrás. Será que me estoy empezando a aburrir de las misas jugadas para escapar de lo mismo de siempre? Capaz me quedo hasta que termine el juego, pero estoy sintiendo ya ese sabor de lo que se viene. Juego entonces, a resignarme sobre las jugadas, que el juego se haga instinto y que las mañanas despierten sorprendidas con lo que ya no hay. Espero nomás que estén dispuestas a pintar nuevo sol.